Un empresario o administrador de una empresa tendría que tener derecho a poder equivocarse y no ser castigado de por vida por las aseguradoras de crédito.
Como siempre pagan justos por pecadores.
Siempre hay el moroso profesional que se dedica a quebrar empresas para lucrarse personalmente, y dejando en la estacada a sus acreedores. Es lógico que las aseguradoras veten conceder riesgo alguno, a las empresas en que aparezca dicho personaje en sus consejos de administración.
Pero también hay el empresario de buena fe que intenta sacar su negocio adelante, pero que bien por falta de diligencia o por causas externas , se ve obligado a declarar su empresa en Proceso concursal.
Este empresario estará TODA su vida vetado por las aseguradoras de crédito, ya que lo tienen clasificado como un administrador ineficiente, ya que por su culpa provoco pérdidas a las aseguradoras , en forma de indemnizaciones de siniestros por impagados.
Francamente es una situación injusta , la aseguradora tendría que ser capaz de poder distinguir entre el administrador-moroso profesional y el administrador-de buena voluntad. El administrador –de buena voluntad ya tiene suficiente castígo con perder su negocio. Deberia tener una segunda oportunidad para desarrollar un nuevo negocio para su beneficio y el de sus nuevos acreedores.
Jordi Maeso
Director de Manubrok.
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